Y
aquí estaba. Nuevamente sentado a la espalda de tu respiración, parado en lo cálido de tu alma, Preguntándome a
dónde van los suspiros.
Es
difícil diferenciar los días de las noches, cuando a tu lado simplemente
quisiera que el tiempo se pare, anda, parece algo exagerado o imposible, pero: ¿acaso
deberían de existir los imposibles? Si se dice que un alma es parte de un todo,
no podrían dos también serlo.
A
veces parece soñara mucho, pero es inevitable, es inevitable el desear seguir
soñando a tu lado, esa respiración - vaya cosas las que pasan con esa
respiración -
Existen
de libertades a libertades, de aquellas a las que no estamos dispuestos a
renunciar, hasta que apareces tú.
¿Qué
eres? Suelo preguntarme cada mañana –
para ser sincero, me pregunto eso varias veces al día – Aún no tengo una
respuesta clara o lógica y esa es mi parte preferida, eso ayuda a seguirte
pensando durante el día sin que salgas de mi mente, o de mi corazón – es difícil
saber en cuál de las dos partes estas más tiempo – lo que tengo más de seguro
es que estas ahí, en algún lugar bien metida en mí.
Una
vez más me distraje; decía que estaba sentado a la espalda de tu respiración,
allí en ese lugar, dónde los días no se ven de blanco y negro, dónde son tan
distintos a lo común, pensaba contarte una historia – No es que sea muy bueno
contando historias – pero parece después de ti, tendré muchas que contar.
-John
J. Lemus-